sábado, 16 de agosto de 2008

La esquizofrenia


Estamos rodeados de personas con graves enfermedades mentales, y hoy en día no estamos preparados para ello. Las familias, los vecinos, los extraños tenemos que sufrir y soportar a diario episodios de enfermos que por no tener suficientes plazas en hospitales, zona de psiquiatría, deambulan por la calle, algunos incluso duermen en ellas.


Hoy en El País Digital, nos recuerda el caso de un asesino que estuvo matando personas durante años, un esquizofrénico que mendigaba a la puerta de una Iglesia y al que yo recuerdo haber visto por aquella época. Después con lo que recaudaba se compraba alcohol, y el coctel de la enfermedad y alcohol, perdía el control y hacía sus fechorías, que no eran pocas.

También en estos días a un joven vecino de veintitantos años, le han tenido que ingresar porque teniendo otra enfermedad mental diagnosticada como doble personalidad, dejó de tomar las medicinas y su padre no ha tenido más remedio que denunciarle por episodios violentos, pero días antes te lo encontrabas conduciendo un buen coche, de alta gama como si tal cosa. Aunque de todos era sabido los problemas y los conflictos que tenía con otros jóvenes y vecinos de su edad. Seguro que pronto lo veremos de nuevo por aquí, hasta que un día tengamos una desgracia.

Pero uno de los problemas reales y de total actualidad de nuestra sociedad son el consumo de drogas. El refrán de Siembra hoy y recogerás mañana, nos sirve para comentar este problema. Ahora hablamos muy a la ligera de drogarse, de coquetear con las drogas, ¿cómo coquetear? estamos sembrando drogadictos y mañana ¿que recogeremos?, pues está claro, muchos enfermos.

Lo que más me preocupa es que no nos estamos preparando para un futuro inmediato, ¿dónde van a estar estas personas? igual que ahora, entre nosotros, nos los encontramos en la calle, en los supermercados, en los transportes públicos, pero ahora no es nada comparado con lo que nos espera si no nos preparamos. El número de enfermos mentales se van a triplicar como poco, en los próximos años.

Los manicomios, nombre que suena a épocas ancestrales, se cerraron porque dicen que eran caros e impopulares, ahora a muchos enfermos los encierran en las cárceles y sin tratamientos. Pero de las cárceles se sale, y después ¿qué?
Algún día los políticos tendrán que buscar soluciones.